viernes, 18 de marzo de 2011

VOSOTROS GANÁIS... Y YO COMO!

Parece increíble, y ni yo mismo me lo quiero creer.
Cuando llegué a esta casa, hace ya más de una semana, todo en ellos me resultaba ajeno, extraño. Terrible y desconocido.
Para mí, los humanos siempre habían sido lo mismo: monstruosos seres horribles, emitiendo sonidos horribles y horribles olores. Todo en ellos desde mi nido que ya apenas recuerdo, me resultó insoportable. Lo que más, su costumbre de llevarte siempre donde quieren sin preguntar nada y, aún peor, sin dejarte nunca usar tus alas.

No podía perdonar esto último, dejarme sin volar..., sí, apenas unos revoloteos por las jaulas que he conocido, ya muchas en mi corta vida, pero siempre con barrotes al final de cada salto, siempre con barreras en el techo, en el suelo, en todos lados...

...pero algo en estos humanos los hace ser distintos, y les lleva a querer algo de mí que todavía no acabo de entender.
El que me habla y me llama D'Artagnan, ese humano en especial, parece empeñado en que oiga ese absurdo nombre que, no obstante, empiezo a encontrar divertido cuando lo oigo de sus labios... Ese, el más joven, es también el que creo que me puede comprender mejor..., algo en Lucas me hace sentir que quiere de mí algo especial. Pero..., ¿el qué?

Desde el día en que me quitaron la comida (total, eso fue ayer), he oído ese nombre a todas horas, y siempre con un tono amigable, siempre con una melodía amistosa...
pero lo cierto es que me han tenido sin comer y, ha ocurrido, no entiendo cómo, que mis miedos empiezan a desaparecer..., qué digo, mis miedos se caen como caen las hojas de los árboles al agitar el viento sus ramas en otoño.

Ha pasado de repente, sin esperarlo, y mientras repetían suavemente mi nombre, sin acabar de creerlo, he visto cómo abrían la puerta de mi jaula, y una mano ha entrado, pero no me ha asustado demasiado, porque me ha parecido ver...¡comida!, sí, comida entre sus dedos..., sabrosa comida...!!, ¡ya me diréis quién se puede resistir a eso! Yo, al menos, ya os digo que no..., por cierto, la de la foto, es la mano de la única que es distinta a los demás en esta casa, la única hembra del grupo.

Bueno, pues después de un poco de hambre, parece que estos humanos sabían lo que se hacían..., y aquí me tenéis, comiendo de su mano!!

Sé que algo más esperan de mí..., pero eso, ya lo iré averiguando más adelante.

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